domingo, 17 de enero de 2010

Crónica: “visita a la comunidad indígena Ronda – Colombia.” del 4-9 de octubre divertida aventura. III parte

para tí mi bloger amig@

¡Marcos! ¿También vas al segundo seminario “Realidad Socio Ambiental de las fronteras” en la comunidad indígena Ronda en Leticia – Colombia, allá en la triple frontera? – Claro… oe Christian todavía no llegan los demás. – No, todavía. Soy el primero -pero esperemos, y veremos. Esperamos por un instante; luego bajamos en dirección de los deslizadores… una doña se acerca en dirección nuestro y nos pregunta, si venimos por parte del señor Pablo… a una vos respondimos: Sí. Ustedes tienen reservaciones entreguen sus maletas al joven de allí, por favor y suban al deslizador. Subimos a la embarcación y esperamos a los demás (el deslizador es de color blanco, con una tolda color azul que cubre y hace de techo, los asientos son confortables, pero angostos y para dos personas, así que tengo que compartir lugar con Marcos) me ubico al lado izquierdo cerca de la ventana. Falta cinco minutos para las 6 de la mañana me dice Marcos. Mirta muy coqueta llegando está, (esa chata en una punta patada), es una buena amiga, somos compañeros de aula y socios voluntarios de la Red Ambiental loretana, esta es una liga ambiental. Luego llega el gringo Pepe, ósea Pablo… luego Walter, el líder indígena junto a sus amigotes suben al bote. Desde mi asiento a través de la pequeña ventana, veo bajar por las gradas del lugar un hombre de perfil tierno pero añejo, con marcas de su avanzada edad que se deja notar en su rostro (los pocos cabellos que le sobran en la cabeza, la barba y los bellos son de color blanco), él es de estatura mediana; creo que ese ser extraño es alguien especial. Llegaron los 18 miembros del equipo que con entusiasmo vamos con rumbo de la triple frontera. Salimos a las 6:20 de la mañana todos con terrible hambre y cansancio. Me parece que el recorrido de hoy, será largo… ¿Quién sabe qué cosas hicieron todos, el fin de semana? Veo a todos con el rostro maltratado y con olor a trasnochado. La embarcación va muy rápido, es mi segunda oportunidad que viajo en deslizador y mi primera vez que voy hacia la frontera, (verán que voy indocumentado) (para el viaje llevo cuatro libros), tomo uno de los libros y empiezo a leer, es de un escritor periodista reconocido de mi cuidad, a quién no deseo mencionar el nombre. El libro no me parece interesante pero para matar el tiempo está bueno. Mi compañero de viaje es Marcos con quién voy conversando sobre muchos temas, él es abogado y me habla sobre legislación, normas, resoluciones, decretos; yo, con aire intelectual trato de entender pero sin mucho éxito… luego cambiamos de temas, hablamos sobre medio ambiente, sobre amores pasados, aventuras en la selva (por mi parte tengo poca experiencia) el me dice que ha convivido con indígenas en algún lugar de la inmensa amazonia. Luego de haber charlado por un promedio de dos horas nos quedamos dormidos después miré el reloj de Marcos eran las 9:30 am volví a mi lectura… leo y leo, después miro a través de mi ventana, las orillas del gran río Amazonas, humildes casa construidas de madera y techos de hojas de palmeras ubicados en los contornos de los ríos, hombres en canoas bogando en el río y en diagonal rompen las olas que provoca el deslizador en donde me encuentro, asomo mi cabeza por la ventana y sigo el rumbo de aquellos pescadores que con esfuerzo avanzan. Miro el correr del agua y me siento mareado, cambio mi mirada en dirección del alba, la cual está todita azul y por allí brotando están algodones grises acompañados de ronquidos y fugases ases de luz, ráfagas de viento merodean agresivamente, la arena rubia de las playas formadas por el mermar del río se levantan en un manto de polvo en las orillas, cuando de pronto me viene un éxtasis cual ilusión veo venir a mi amada Caty… Aparentemente ella venía…, hey! Baby comeback! Y se espumó, despertando ante el bombardeo de esferillas que caen del cielo, aseguro la ventana de mi asiento, hasta que pase el aguacero, el vehículo donde voy sigue su normal curso a pesar de la tempestad...( continuará)

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